Una buena noticia… y una mala
La buena noticia es que no necesitas ser brillante para ser inteligente. La mala, es que sin sabiduría, el que seas brillante no sirve de nada.
En el entorno actual, las marcas se enfrentan a problemas que son a menudo dispares, ambiguos y cambiantes. Esto implica la necesidad de que sean resueltos de modo flexible y adaptados a esta nueva realidad. En ella, ya no basta con tener amplios conocimientos sobre la materia. Los responsables de las marcas necesitan el apoyo de consejeros y consejos realmente sabios. Porque hoy nada es como fue, pero tampoco como será.
Aristóteles definió la sabiduría (Wisdom) como la combinación de voluntad y habilidad. Particularmente en Branward la entendemos como la suma de un gran conocimiento en una materia, mucha experiencia en la misma y tener siempre la mente especialmente abierta.
La sabiduría depende de la experiencia, pero no de cualquier experiencia. Es importante contar con buenos referentes, practicar, equivocarse y volver a probar. Solo la suma acumulada de las distintas experiencias facilita el acceso a ese estadio mayor, que es la sabiduría.
Una persona sabia es como un músico de jazz, que usa las notas de la partitura pero sabe bailar alrededor de ellas, descubriendo e inventando combinaciones distintas apropiadas para cada situación. Una persona sabia es como el bambú, que supera todas las adversidades, creciendo en grupo, por donde no se le espera y que alcanza límites inimaginables.
La gente cree que la sabiduría y el conocimiento van siempre de la mano, entendiendo que cualquiera que tenga una buena educación alcanzará la sabiduría. Pero la realidad es que el conocimiento nos ayuda a ser más inteligentes en la resolución de problemas; mientras que la sabiduría nos conduce a apreciar el valor del conocimiento, animándonos incluso a saber más cada día.
Alcanzar la sabiduría implica un proceso dividido en cuatro etapas:
- Inconscientemente competentes
Somos incompetentes pero no lo sabemos, lo que nos conduce a ser felices de inicio, hasta llegar a los errores y fracasos.
- Conscientemente incompetentes
Se inicia el ciclo de aprendizaje experiencial, en base a prueba y error.
- Conscientemente competentes
Los errores y caídas son menores. Es la etapa de la práctica que, con el tiempo, mueve el conocimiento de un estado consciente a uno inconsciente.
- Inconscientemente competentes
La etapa en la que se alcanza el inicio de la sabiduría, que crece con el tiempo si no se abandona la práctica
¿En qué etapa de encuentras?
En Branward, después de más de 20 años ayudando a las marcas en su crecimiento, abogamos por una forma propia para alcanzar nuestra sabiduría: “Flexible Wisdom Thinking”, una combinación de tres elementos que nos permite alcanzar una forma particular de aportar valor.
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