Según el reciente estudio de Euromonitor International – Luxury Goods Passport 2014 – las ventas de marcas de lujo superarán en un 3% las cifras del año pasado. Las grandes Compañías del sector no están alcanzando las cifras deseadas aunque, con un total que superará los 318.000 millones de dólares a fin de año, son los mercados emergentes y las marcas de lujo accesible como Michael Kors y Coach las que tiran de esta industria.
Del mismo informe se desprende que India ha sido el mercado de lujo más dinámico entre 2008 y 2013, y crecerá un 86% hasta 2018. A continuación encontramos a China, con un 72% de incremento, habiendo alcanzado ya a Italia y Francia en este mercado de ensueño.
El Club de los Ricos entre los Ricos ingresa nuevos miembros cada año. Estos recientes privilegiados, al igual que lo hicieron en su día sus predecesores, persiguen el reconocimiento de su estatus social y la diferenciación del resto de la población.
Si nos centramos en Asia, ya no es extraño encontrar gente en las calles de las principales ciudades paseando un bolso de Louis Vuitton o enfundada en un Versace (claro que quizás muchos de ellos sean falsos, aunque esta es otra cuestión). Pero además resulta que están emergiendo nuevas marcas nacionales del lujo. Shang Xia, nacida en 2008 y especializada en artículos exclusivos para el hogar al estilo de Hermès, a la que pertenece; Mary Ching, firma de calzado fundada en Shangai en 2009 por la diseñadora chino-británica Alison Yeung, con precios que rondan los 300 euros el par; Stella Luna, otro fabricante de calzado que alcanza hasta los 600 euros y que produce para Burberry, Prada y Bally; o creadores como Guo Pei, llamada “la Chanel China”.
En este entorno, las marcas de lujo chinas comparten mercado con las firmas europeas y quizás la mayor diferencia esté en cómo las primeras sean capaces de abordar el Brand Management. Sin duda, este es un nuevo e interesante mercado para el branding.
Desde este otro lado del planeta quizás no somos capaces de reconocer ninguna de estas marcas emergentes. Al contrario, siempre hemos asociado a esa zona como sinónimo de factura barata. Pero parece que lascosas están cambiando. Shang Xia acaba de abrir boutique en la Rue de Sèvres de París (Paris store) y firmas como Prada o Dolce&Gabbana han llegado a reconocer que fabrican allí. Si esto es así ¿por qué no van a aprovechar los chinos esta nueva oportunidad?
Tal vez el principal reto sea adaptarse al mercado tratándose de culturas tan dispares donde el lujo puede ser interpretado en polos opuestos. Por otra parte Asia ya inunda nuestros mercados en otros sectores con valor añadido. El sector de la automoción es un claro ejemplo: Toyota, Nissan, Honda.
Ya sabemos que una marca se construye en el corazón de la gente, cautivando sus emociones, y para eso no vale sencillamente tener un buen logo. ¿Lograrán robar nuestro corazón? El tiempo nos lo dirá…
Carlos Puig Falcó
CEO en Branward
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