La sostenibilidad es una tendencia al alza. Ha trascendido del concepto de sensibilización medioambiental para convertirse en un concepto holístico, que afecta a todos los aspectos de la vida de las personas. Es una gran oportunidad para las marcas que quieren estar conectadas con un público cada día más informado y preocupado por lo que nos rodea. Según un reciente informe de Ernst & Young los esfuerzos en sostenibilidad se integran cada vez mejor en las grandes y medianas Compañías. En la mayoría de los casos, la notoriedad (awareness) emerge ante la escasez de recursos.
Sin duda, uno de los mejores soportes para conseguir notoriedad y posicionamiento de marca es el patrocinio deportivo. El pasado mes de septiembre fue el gran debut de la Fórmula E, la nueva competición de la FIA para monoplazas eléctricos, celebrada en el Gran Premio de Pekin; cosa que no es casualidad ya que la ciudad cuenta con altísimos niveles de polución en el aire.
¿Ha llegado la Fórmula E para sustituir a la gran Fórmula 1? Probablemente no a corto plazo, pero sin duda es una fenomenal plataforma que ha venido a quedarse. Ahora mismo reconocidos nombres de la Fórmula 1 forman parte de la misma: Nicolas Prost, hijo de Alain Prost, participa junto al veterano Jarno Trulli, quien también es dueño de un equipo.
Por el momento la respuesta de los aficionados ha sido muy positiva, lo que confirma precisamente el interés de la población por algo nuevo y apoyado por un respaldo social, como indicaba el anterior informe de Ernst&Young. Según Alejandro Agag, promotor del campeonato, “los aficionados han respondido fantásticamente. Nuestra web no podía soportar más visitas durante el día de la carrera. Hubo millones de espectadores en YouTube y en televisión. La gente ve la Fórmula E porque es el futuro”.
La importancia de la Fórmula E radica en que es un terreno virgen para las marcas y aquellas que tengan clara esta apuesta de futuro contarán con la gran ventaja de liderar un nuevo segmento.
Desde el punto de vista de los patrocinadores, que duda cabe de que se trata de una gran ventana para las marcas que tengan el driver de sostenibilidad en su ADN, que podrán reforzarlo en un entorno impensable hasta el momento. Sin embargo, por el momento echamos de menos firmas tipo “Juan Valdez” o “The body shop” y en su lugar encontramos a “Tag Hauer”, “Julius Bank Suiza” y como no a “Michelin”.
Desde el punto de vista de los vehículos, o de las marcas de sus fabricantes, es una gran oportunidad para que todos aquellos hoy presentes en la Fórmula 1, justo en el extremo opuesto de la balanza, logren contrarrestar su posicionamiento contaminante. Hoy en día sólo los modelos “Spark-Renault SRT_01E” con tecnología “McLaren” y “Williams” son los autorizados por la FIA para disputar el campeonato. Según Adrián Campos “los fabricantes de automóviles acabarán invirtiendo en la Fórmula E”. De momento tampoco es casualidad que los “BMW i8” y “BMW i3” hayan sido elegidos como Safety Car y Coche Médico respectivamente para las pruebas.
Una de las novedades que aportan los E-Prix está en potenciar la experiencia de marca a través de la interacción en momento real con el público. Se trata de lo que los organizadores han llamado “Fanboost”. Según el propio Agag, “queremos hacer accesible el deporte a los aficionados por primera vez, interactuando con ellos. Mucha gente habla de la interacción y dicen que todo es interactivo, pero ¿cómo hacer algo realmente interactivo? Con el FanBoost. Dando una ventaja real a tres pilotos que pueden presionar un botón y adelantar a otro, pero ninguno va a ganar la carrera con ello”. Una apuesta por la gamificación para crear engagement con la audiencia.
La FIA ha estado atenta extendiendo su gama hacia la Fórmula E. También lo ha sido incorporando nuevos elementos que favorecen la interacción con el público, otra gran demanda actual.
Ha sido además un acierto el nombre escogido, que permite apoyarse en el éxito y notoriedad de su hermano mayor, la Fórmula 1. Pero creo que lamentablemente no parece haber estado acertada en la creación de una identidad fuerte, a la altura de las circunstancias, tratándose de lo que debe llegar a ser un campeonato de primer nivel a escala mundial. La Fórmula E ha nacido con un logotipo pobre, basado principalmente en un isotipo que no está a la altura de las circunstancias ya que no llega a transmitir ninguno de los valores que deberían caracterizar una marca como esta.
En fin, todos sabemos que un logotipo no es una marca, pero sin duda será mucho más difícil construirla con los recursos menguados desde el inicio.
Carlos Puig Falcó
CEO en Branward®
Fotos: Facebook de la página oficial del Campeonato y RichlandF1.com