Se dice que los números son uno de los conceptos humanos más perfectos y elevados. Según la numerología, son mágicos y a través de ellos puedes saber más sobre ti y el mundo que te rodea.

En el siete se encuentra un número realmente misterioso. Muchos aspectos de la vida del hombre son regidos por este número. Son siete días los que tiene la semana, los mismos que destinó Dios para formar la tierra. Son siete los mares del planeta. Siete, también, son las notas musicales. Conocemos los siete pecados capitales y dicen que siete vidas tiene un gato. Blancanieves se acompaña por siete enanitos y las botas del gato eran de siete leguas. Los metafísicos hablan de siete niveles de la conciencia y siete son nuestras artes. ¿Los colores del arco iris? Siete. Y así podríamos seguir en una larga, larga lista.

Su enorme incidencia sobre muchos aspectos llega también a las marcas, así que siete son también los valores fundamentales que han impulsado a las marcas a lo largo de los tiempos: Simplicidad, paciencia, autenticidad, accesibilidad, emociones, innovación y reputación.

  1. Simplicidad. Una marca se hace más fuerte cuanto más se reduce su enfoque.

Uno de los principales problemas de muchas marcas es querer contar demasiado, pocas son capaces de aplicarse el principio KISS. La falta de diferenciación clara entre muchos productos/servicios hace a menudo que las marcas apuesten por contarlo todo sobre ellas mismas. Pero la ausencia de un foco claro conduce a la mayoría de fracasos, mientras que contar con una potente idea central permite todo lo contrario. Nadie puede gustar a todo el mundo, así que estrechar el foco facilita el reconocimiento.

  1. Paciencia. Combinación de previsión, prudencia y resiliencia.

Crear una marca requiere método, una combinación de ciencia y arte, y sobre todo, tiempo. Ninguna marca que perdure en el tiempo ha sido construida sin una mirada a medio y largo plazo, ni sin una elevada dosis de resiliencia para soportar los contratiempos. Son muchos los factores que intervienen la creación de una gran marca. La notoriedad se puede conseguir muy rápido, la confianza requiere de bastante más tiempo. Durante todo este proceso la planificación estratégica y los movimientos prudentes serán grandes compañeros.

  1. Autenticidad. El coraje de ser uno mismo.

Una marca es auténtica en la medida en que los consumidores perciben que es fiel a sí misma, honesta con los clientes, responsable con lo que la rodea, y capaz de colaborar en que los clientes sean fieles a sus principios. En una era donde la confianza en las marcas ha disminuido en todos los sectores, la autenticidad se consolida como uno de los atributos que más importan. Los clientes esperan de las marcas algo más que un producto o servicio. Quieren valor por lo que pagan, pero sobre todo quieren a aquellas marcas con las que comparten valores.

  1. Accesibilidad. El don de la ubicuidad.

Es importante reducir los posibles gaps entre desear, encontrar y comprar. Las personas quieren conectar directamente con las marcas y encontrar la información que necesitan en un formato consistente, sin importar dónde encuentren su marca. Si estamos invirtiendo una importante cantidad de dinero en atraer la atención del cliente, hay que estar seguros que disponemos de los mecanismos adecuados para cerrar la venta. Las marcas tienen que trazar un mapa exacto de sus productos a lo largo de toda la cadena de suministro.

  1. Emociones. Poniendo al cliente en el centro.

Las personas toman sus decisiones basándose en las emociones. Una fuerte conexión emocional entre marcas y consumidores se traduce principalmente en un incremento del ROI. Las emociones son las responsables de dirigir nuestros pensamientos, nuestros actos, decisiones e, incluso, nuestro comportamiento en la compra. Marca y emociones son dos conceptos que no pueden ser desligados. Las Compañías deben pensar en las marcas como constructoras de relaciones más que de transacciones. Las primeras tienen un foco en el largo plazo, las segundas se quedan en lo puntual.

  1. Innovación. El camino hacia el progreso.

La innovación empresarial representa aportar una mejora en el modelo de negocio mediante cambios organizacionales, productivos o tecnológicos. Hoy pasa por añadir una nueva dimensión al enfoque tradicional. Una dimensión que sepa incorporar la variable humana, que es la única capaz de aportar valor al negocio desde una estrategia que fusiona las expectativas de los clientes con el propósito de marca, utilizando como vehículo a la innovación. Ésta necesita de la marca como una guía para conectar lo bueno que tiene la organización con los deseos y necesidades de los consumidores. La innovación ocurre cuando la gente está motivada y valorada en un entorno inspirador donde se recompensa asumir riesgos y poner en cuestión el status quo.

  1. Reputación. Territorio de competencia.

Estamos ya en un nuevo ciclo donde la marca y su reputación son el territorio por el que compiten y competirán las empresas, instituciones y países. Los expertos internacionales coinciden en que hoy hasta el 80% del valor total de una Organización reside es sus activos intangibles. Este es un nuevo marco de gestión empresarial en el que las percepciones que se tiene de una Compañía y/o de sus marcas determinan antes los comportamientos de los consumidores y del resto de stakeholders frente a la opinión que éstos se hacen de la calidad de sus productos o servicios. Es más importante lo que hacemos que lo que decimos que hacemos.

Para terminar, si alguna vez sueñas con números te habrás dado cuenta de que no se trata de premoniciones. Soñar con el número 7 representa la recuperación de la ilusión y lograr que te abras a lo inesperado. Después de todo, el 7 es un número mágico y decía Platón que los números son el nivel más elevado de conocimiento.

 

Carlos Puig Falcó
CEO de Branward