En el transcurso de la vida de una marca, el rebranding es una decisión estratégica importante para el negocio, ya que afecta a su mismo adn y define nuevas directrices para abordar el futuro. Tal vez convenga, una vez más, diferenciarlo del restyling en el que básicamente interviene el estilo o la imagen.

Delante de un proceso de transformación como el rebranding podemos señalar varios de los factores que conducen a un buen resultado.

Principales decisiones en una estrategia de rebranding para el crecimiento

1- Tener claro por qué se aborda

La mejor manera de alcanzar un objetivo es identificarlo primero. Las decisiones más críticas deben tomarse en base a rigurosas investigaciones y datos relevantes que conduzcan a estrategias con foco.

2- Identificar cómo se conseguirá como resultado

Lógicamente una cosa es visualizar un resultado y otra es alcanzarlo. Se trata de que analicemos bien qué vamos a necesitar para conseguir el objetivo planteado. En qué medida vamos a tener que adaptar estructuras, procesos, cultura…

3- Planear un nivel de cambio

Cambiar una percepción de forma duradera no es algo que se consiga con una campaña de publicidad, lleva su tiempo. Y tiempo es igual a dinero, a inversión. Necesitaremos profundizar en el nivel de cambio que estamos dispuestos a asumir y en las implicaciones que esto va a tener para la Compañía.

4- Trabajar la línea de compromiso

El rebranding para el crecimiento requiere paciencia. Integrar una nueva estrategia, e incluso una nueva imagen, requiere de método y calendario. Tanto a nivel interno como externo. Esto hace necesario un compromiso férreo de un equipo interno encargado de velar por el éxito de la transformación.

En general hay que tener muy claros cuáles van a ser los beneficios que obtienen los clientes con el cambio, no se trata solo de las razones cómo empresa si no de las que tengan las personas a las que la marca se dirige. Sin una visión capaz de aportar mejor significado para la marca, reforzando el engagement con ella, tal vez sea más conveniente no plantearse un rebranding y enfocarse hacia estrategias de menor envergadura.

Cuando se plantea de forma adecuada el rebranding para el crecimiento puede lograr llevar a la marca a un nivel superior. Aunque es conveniente destacar que una estrategia que haya funcionado para una Compañía no puede ser directamente aplicada para otra, sencillamente por que sus objetivos, su marca, su target, etc. van a ser distintos. Aquí es cuando una visión externa profesional puede resultar de gran ayuda para ampliar la perspectiva y centrar el foco en lo verdaderamente importante.

 

Carlos Puig Falcó

CEO de Branward®

Fotos: Shutterstock 


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