Ni todo el dinero del mundo puede comprar nuestro corazón.
Hoy Branderstand celebra su primer año de andadura. Antes que nada quiero agradeceros sinceramente vuestro interés y fidelidad a este espacio a todos los que nos seguís. Esta es una plataforma para compartir nuestra pasión por las marcas, de modo que sin vosotros del otro lado, no tendría ningún sentido. Así que os animo también a que participeis cuando querais y nos deis a conocer vuestra opinión.
Han sido cerca de 50 posts en torno a la gestión de las marcas, tomando en cuenta tanto el factor reputacional como la comunicación. Desde hace ya tiempo tengo la convicción de que en la nueva economía, las marcas y su reputación cobran cada día mayor interés. De hecho, el Reputation Institute llama a este concepto como “La economía de la reputación” (prometo abordar este concepto en breve). Nuestra generación siempre ha estado rodeada de ellas, forman parte indisociable de nuestras vidas, pero ahora es realmente su momento, y básicamente podemos afirmarlo por 3 motivos:
1- Estamos inmersos como nunca entre infinidad de productos, servicios, compañías y marcas. Todos tratan de llamar nuestra atención. Durante mucho tiempo ha sido suficiente con invertir grandes cantidades de dinero en darlas a conocer vía publicidad convencional. Pero resulta que todo el dinero del mundo es incapaz de comprar nuestro corazón o conseguir nuestra confianza. Esto es algo que se gana poco a poco, fruto de nuestro comportamiento a lo largo del tiempo.
2- Por este motivo los principales valores de una marca ya no pueden ser físicos. Las Compañías deben centrarse en hacer y potenciar aquello que realmente saben hacer, lo que implica subcontratar todo aquello donde no podrían competir. Grandes marcas como Nike o Apple hace tiempo que descubrieron que ellos debían centrarse en I+D, dejando la producción para otros. Pero hay algo que no puede delegarse y es la marca y su gestión. Si quieren destacar no basta ya con tener un buen producto, sino que es necesario contar con una buena marca. Lo que implica sin duda, trabajar día a día en la construcción de la misma, bajo un riguroso modelo de Brand Management capaz de comprender esta nueva realidad.
3- Por ello, existe y seguirá incrementándose una fuerte presión sobre las Compañías, especialmente las de mayor tamaño, para que devuelvan a la sociedad parte de aquello que, de algún modo, obtienen de ella. Las empresas tienen que ser cada vez más humanas. La transparencia es obligada para todas aquellas que quieran sobrevivir. Ya no pueden lanzar más mensajes sin escuchar antes lo que los diferentes stakeholders les están demandando.
Sinceramente creo que las marcas se enfrentan a un nuevo y diferente entorno, donde la oportunidad de ser visto, escuchado y, sobretodo, recordado –sin mencionar respetado y admirado- hará aflorar lo mejor de cada uno.
Os invito a seguir con nosotros un año más!
Muchas gracias.
Carlos Puig Falcó
CEO en Branward
Fotos: Shutterstock